Cuando un/a niño/a aprende que con una 'perreta' se consiguen cosas puede utilizarla como herramienta para lograr salirse con la suya en diferentes ocasiones o situaciones. Este aprendizaje se puede generalizar y nos encontraremos inmesos/as en una época realmente desesperante. Un truco, basado en años de aprendizaje y muchas experiencias positivas, siempre es mostrar firmeza en cuanto a hacer entender a nuestros/as pequeños/as que mediante una 'perreta', con el llanto, no van a conseguir sus objetivos. Cuando un aprendizaje se sedimenta, el aprendizaje contrario también cuesta trabajo de implantar, pero con paciencia se puede conseguir. ¡Que no decaiga!.
Iremos reforzando los ratos en que se calme o directamente no llore y nos haremos entender en cuanto a lo que queremos o esperamos de nuestros/as hijos/as: verbalizando lo que nos gustaría ("me encantaría que te portaras bien, que no llorases y que me obedecieras a la primera" o " a papá/mamá le gustaría mucho que dejaras de llorar"). En muchas ocasiones, además, acaban por olvidar el motivo inicial de la perreta y se desconsuelan, cuando esto ocurra lo primero es tranquilizarles pero debemos transmitirles que, en el tira y afloja, usando la estrategia de llorar, no van a conseguir su objetivo. No olvidemos que somos nosotros/as quien 'tiene la sarten por el mango' y en el fondo somos quienes administramos sus recompensas, premios o castigos y es algo que nunca se debe perder de vista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario