Hay acuerdo general en que durante las primeras semanas o meses de vida la leche materna es el alimento idóneo para el bebé. Cuando por la causa que sea (decisión propia, problemas con el pecho, falta de leche o baja calidad de la misma) no es posible dar el pecho existen en el mercado las leches adaptadas que suplen a la perfección los beneficios de la leche materna, no debe ser este un motivo de preocupación puesto que en el mercado existen muy buenos productos que ya permiten una correcta alimentación del bebé de pocos meses de vida. Leche adaptada normalmente con el número 1.
De forma general, a partir de los 4 meses o 4 meses y medio, también es buen momento para ir introduciendo la fruta en la dieta del bebé. Cuando es posible un buen remedio es realizar nosotros/as mismos/as la consabida papilla de frutas (normalmente para empezar medio plátano, media pera y una naranja en zumo con una galleta y a la batidora, que puede pasar a la pieza entera en cuanto detectemos que el bebé queda con hambre). En caso de no poder preparar la papilla en casa también existen en el mercado infinidad de potitos que cumplen a la perfección este cometido.
Un detalle del comedor de nuestro centro |
También a los 4 meses es buen momento para ir complementando o 'engordando' los 'bibis' con alguna cantidad de cereal para papilla.
A los 6 meses ya es el momento de incorporar la leche con el número 2, adaptada y enriquecida con diferentes cereales y complementos vitamínicos.
A partir del año la leche de nuestro bebé ya puede ser la número 3, aun más completa y enriquecida.
Cada bebé tiene su ritmo, su estilo de toma (los hay buenos comedores, malos comedores, con tendencia a engordar o flacuchos) y nuestro pediatra nos indicará siempre la necesidad de usar complementos en función del percentil de crecimiento.
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