No es dificil ver que los lunes muchos de nosotros estamos apáticos o de mal humor, a nuestros peques les ocurre algo muy parecido. Después de unos días de relax, juego y todas las atenciones de papás, mamás, abuelos, abuelas y demás familia el lunes supone un cambio a la rutina diaria en que tenemos que entrenarnos en compartir los juegos, ya no tenemos toda la atención de nuestros seres queridos y volvemos al horario de lunes a viernes.
Con diferencias individuales a algunos peques les cuesta recobrar el humor normal, y los lunes aparecen con mucha más frecuencia rabientas inmotivadas (sin saber porqué). Un truco que suele funcionar es hacer ver al peque que 'desatendemos' su rabieta inmotivada y que volveremos a prestarle todas las atenciones en cuanto cese, le ayudará a recobrar el buen humor antes de lo que pensamos. El refuerzo atencional, (o prestar atención o hacer caso) el que prodiga papá, mamá o los abuelos, debe racionarse mientras se produce la rabieta para no producir el efecto contrario y que consigamos un peque o una peque llorón de lunes.
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